lunes, 22 de agosto de 2011

NADA MAS DIFICIL

Al fondo habitan el pasado y sus eternos hielos en los que tú y yo somos una ilusión nada más. Este rostro demacrado que se refleja en el espejo, en el cual ya ni me reconozco no hace otra cosa que burlarse, como si cada lágrima que he derramado en estas noches en las que en vano he esperado alguna noticia tuya no hubiesen sido suficientes y aún me quedaran ganas de sufrir, de esperar, de soñar con ese futuro en el que nada malo podía pasarnos pues nos teníamos el uno al otro.

Pero el espejo no miente y sigo sola, verdugo inconmovible de mí misma, inflingiéndome una absurda tortura en la que cada recuerdo, cada palabra dicha, cada risa colgada en el aire y franqueada por la tarde ya lejana es un nuevo golpe en la cara, un escupitajo más en lo recóndito del alma, toda nuestra sangre y nuestra piel eran como una absurda garantía que ahora no sirve de nada... .

Tu ríes en la distancia del reflejo, quizás enarbolando tus banderas triunfadoras que habrás ido izando en miles de bares, envuelto en grotescas músicas, deslizándote entre el deseo de quienes darían la vida por morir entre tus ojos; mientras eso pasa yo me dilapido desconcertada en los laberintos de mi desértica habitación donde sólo el espejo se atreve a mirarme.

Es extraño que me pregunte dónde estarás, qué andarás haciendo, si esta noche saldrás y si por mi parte iré a perderme entre el humo y la algarabía de cualquier calle, donde nadie reconozca y culpe a este alguien que se ve tan diferente, a este cuerpo que se pregunta por el calor del tuyo. Es extraño que siga parada frente al espejo como tantas otras veces y vea en mi reflejo las marcas de tu silencio, las astillas de mi trono despedazado por tus encantos y los trozos de alma que me arrancaste junto con mi orgullo.

Es extraño que me pregunte por ti, que no sepa ya lo que sucede contigo sino que tenga que recurrir, como ahora, a la intuición, la conjetura y otras artes adivinatorias.


¿Y tu silencio?, quizá lo merecía, quizá era necesaria esta insólita prueba frente a mi soledad, frente a tu abandono irreversible. Todo lo que sé ahora sobre tu amor no me sirve de nada. Ahora solo quedan las ganas de huir, de romperlo todo, en mis oídos retumban los timbales del olvido, los redobles de aquel que se apresta a convertirse definitivamente en parte del pasado, los gritos marciales que me ordenan salir de tu vida y sé que del otro lado no habrá nada más difícil que eso: vivir por ti pero sin ti.

Estos últimos pasos hacia el vacío son una marcha fúnebre, pues el amor no es ni será nunca una marcha victoriosa.

GRACIAS A MI AMIGO CHRISTIAN VILLANUEVA POR SU INSPIRACIÓN

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